lunes, 28 de octubre de 2013

Descubriendo un paraíso.

Hace años encontré en la revista Trail un reportaje que guardé, se titula "Impacto socioeconómico de las carreras" (más o menos), se puede intuir fácilmente de que va y es un buen resumen de una idea que yo siempre recuerdo en estas actividades deportivas. Este fin de semana mientras avanzaba por los caminos dentro del paraiso que supone el Valle del Genal me he acordado mucho de ese artículo, veía la implicación de los pueblos y me he dado cuenta la maravillosa idea que ha tenido Ildefonso Cózar, una ruta uniendo a todos y cada uno de los pueblos, la Gran Vuelta al Valle del Genal.
Cada uno cuando participa en estas cosas tiene distintos sentimientos, distintas maneras de ver las cosas, para mí ha sido una experiencia impresionante, es como un viaje, yo que soy gran amante de "recorrer" mas que de "correr" me ha encantado eso de entrar en un pueblo donde salvo dos excepciones estaban los avituallamientos y al terminar preguntar: ¿Cual es el siguiente? ¿A qué distancia?La organización debe sentirse orgullosa de haber conseguido en una primera edición un nivel de perfección tal que sólo se puede ver superado por detalles insignificantes que seguro los tendrá en cuenta para la próxima edición. Tener a tanta gente dando vueltas por el valle es una responsabilidad, pero los que participamos en estas cosas ya sabemos a lo que vamos pero agradecemos el sentirse seguro al ver como había personal sanitario suficiente en todos los sitios donde me fijé.La distancia es la que es, 116km, pero las subidas y bajadas constantes la hacen mas larga todavía y por supuesto la "guinda" del final rompe todos los equilibrios mentales. Cuando salímos de Gaucín nos quedaban 23km y fuimos aplaudidos por los voluntarios que allí estaban currando, ahora sé que por dentro estaban pensando: "corred, corred, que no veas lo que hay ahora..."Terminé mentalmente agotado, el final se me atragantó, no avanzábamos al ritmo que teníamos previsto, una mezcla de cansancio y sueño hicieron que el grupo que habíamos formado nos tuvíeramos que animar unos a otros para poder seguir hasta el final, pero todo acaba.La meta es siempre emocionante, con varias horas de retraso sobre lo que habíamos previsto llegamos, ver la cara de los que habían conseguido superar esa distancia por primera vez lo hace todavía mas entrañable.
Quien quiera descubrir un verdadero paraiso lo tiene fácil, participar en la GVVG no es necesario pero sí muy recomendable, con que haga cualquier trozo de esta maravillosa vuelta se llevará un "mundo" de sensaciones: amaneceres entre castaños, olores a leña, pueblos colgados que aparecen cuando menos te lo esperas, bosques profundos y densos, todoterrenos clásicos (Land-Rover) en su auténtico hábitat, alojamientos rurales, etc. El Valle del Genal espera a todo aquel que lo quiera descubrir y creo que la labor de gente como Ildefonso Cózar y todos los que han colaborado se verá recompensada potenciando una zona que se lo merece.

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